Mujer, Guatemala, 29 años
En el 2019 me diagnosticaron una serie de enfermedades que incluía una autoinmune, y viví lo que dijo una vez el Rey David, mientras callé se envejecieron mis huesos, en medio de ese quebrantamiento que me obligó a renunciar a todo y poner mi vida en pausa, ahí tuve un verdadero encuentro con Dios, quién en su infinita bondad abrió mis ojos y me mostró que más que sanidad física, él quería sanar mi corazón.
Y así fue como inicié nuevamente mi proceso de sanidad, ahora de la mano de Dios, ingresé a Celebremos La Vida (valga la publicidad), retomé las terapias, este es mi segundo año en Mente, y les digo, soy otra persona, en estos dos años he logrado establecer relaciones saludables, empezando por mi relación con Dios, la relación conmigo misma, la relación con mis Padres, y con amigos. Hoy tengo la dicha de poder decir, tengo amistades genuinas.
El proceso no ha sido fácil y tampoco corto, pero he aprendido a darle un lugar en mi historia a cada evento y no quedarme atrapada reviviendo esos eventos. Y saben qué, mientras más permitía que Dios limpiara mi corazón, más se restauraba mi salud física, y hoy no tomo más medicina.
Dios sanó mi corazón, sanó mi mente, sanó mi cuerpo, me dio una nueva identidad.
He aprendido el valor de la vulnerabilidad, la importancia de la confesión y la dicha de la sanidad en comunidad, y es que en Mentemorfosis encontré ese espacio seguro para abrir mi corazón con total confianza y sin máscaras, recibí amor, gracia, empatía, también confrontación.
Sé que el proceso continúa, pero ahora tengo la certeza de que aquel que comenzó la buena obra en mí, la perfeccionará, andar por la vida con equipaje emocional liviano no tiene precio y si pudiera ponerle un nombre a esta etapa de mi vida, le pondría Gracia.


Mujer, Perú, 33 años
Me voy habiendo hecho las paces conmigo misma, de algún modo que no comprendo, puedo verme, aunque sean chispazos, como Dios me ve, puedo ser indulgente y amorosa conmigo, comprendiendo que al amor de mi Padre es más que suficiente para extenderme una nueva oportunidad y que mi mayor deseo es amarlo cada día más. He decidido dar pasos de fe y acción, trabajando en mi diálogo interno, conociéndolo cada día a través de la oración y la lectura de la palabra y buscando ayuda a través de un profesional de manera intencional.
Comprendo que el cambio se inicia de adentro para afuera, en ese sentido, estoy comprometida conmigo misma para continuar en este camino hacia la sanidad. Me he perdonado, por las cosas que hice, que decidí, que elegí y me equivoqué, y también he perdonado a quienes me hirieron desde cuando fui niña, abrazo la esperanza que me da mi Padre cada día. Cuidaré de mi cuerpo como un regalo precioso que Él me dio, lo cual incluye cuidar de mis pensamientos, sentimientos, alimentación y cuidado personal. ¡Estoy absolutamente agradecida con Mentemorfosis!
Mujer, Guatemala, 30 años
Cuando entré a Mentemorfosis empecé hablar de lo que me dolía, empecé a aceptar que yo no puedo cambiar a las personas, empecé a entender que ellos también tienen una historia y que esta es dolorosa, hay cosas de las que ellos no hablan, esto ya lo había escuchado muchas veces, en encuentros, talleres de sanidad y libros, pero no fue hasta que acá justo acá entendí que esto no define mi vida, que no solo era de sacar el dolor había que tratarlo, había que hablarlo, había un trabajo que hacer…
Lo más importante que aprendí en el curso es que mi historia puede ayudar a alguien más, el escuchar el testimonio de Ricky me recuerda la misericordia y amor de Dios… ingresar a Mentemorfosis me enseñó una perspectiva diferente del dolor, este no es eterno, puedo y tengo las herramientas necesarias para formar el carácter que Dios quiere, y puedo ver con esperanza… mi semblante cambió y con esto mi entorno también, perdone a mi mamá empecé a poner límites y empecé hablar esto trabajo sanidad física y emocional también. Ahora todo tiene sentido, alguien allá arriba no quería que entrara a una relación con esta maleta de cosas, y vaya que si me esforcé, pero solo me hundía más, Dios aún allí seguí insistiendo que debíamos parar y acá donde me encuentro en este viaje de las profundidades de mi alma.
Seguiré caminando, seguiré hablando, seguiré… acá entendí que puedo sanar en comunidad, sabia que necesita de esto, mi soledad ya no era mala, mi personalidad hoy está a flote ya no soy la amagada, apática, resentida, seguiré avanzando, entendí que cuando ayudamos a otros a sanar también sanamos y por esto estoy acá recordando esto El Espíritu de Dios está sobre mí por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos a pregonar el año del favor del señor. Este es el llamado de Jesús, si mi historia puede traer esperanza hablaré porque hoy puedo decir que creo en la restauración, que creo en los milagros, que tengo esperanza y sé que me irá bien, mis generaciones disfrutarán de esto que estoy construyendo porque un día decidí… y de la mano de Dios tomó mi historia, la abrazo y entiendo que este nos es el final, ese ya lo escribió Dios.


Mujer, Republica Dominicana, 33 años
Mi corazón siente mucho agradecimiento de estar aquí, y haber entrado a este curso, marcó un antes y después en mi vida personal, social y espiritual. tanto así, que le hablé a una amiga de que, este curso podría ayudarle mucho, y aunque a veces la mayor razón por la que entran las personas, al parecer, es por la parte de la pareja, tengo que decir que, aunque deseo y quiero casarme otra vez, quiero emparejarme de una manera sana como aprendí: mi foco primario nunca fue ese. la verdad que pensé mucho en los actos que hacía en casa cuando estuve casada y mi pensamiento de pareja idónea se afianzó y tomó mucho más valor, al hacer el curso, pero sobre todo de una manera muy aterrizado ( con los pies sobre la tierra) sin idealizar las relaciones, el conseguir parejas y tener esperanza de que las cosas marcan pautas desde el inicio, colocando siempre a dios como centro, porque si colocamos únicamente nuestros pensamientos, sentimientos y deseos podemos quizá, lacerar aspectos de la relación, por estar centrados en nosotros y no en nuestro creador.
me voy en gratitud total, con una idea más clara de las relaciones, pero sobre todo de la confianza que debemos de colocar para cada uno de nuestros actos, en dios nuestro padre. y como decía siempre uno de mis profesores: pasos lentos, firmes pero seguros. Gratitud total a Dios.
Mujer, COLOMBIA, 32 años
En Mentemorfosis aprendí a no conformarme con mi situación actual, aprendí a tomar las situaciones y confrontarlas así duelan, aprendí el poder que tiene la vulnerabilidad y el gran valor de invertir en mí misma. Aprendí que la generosidad siempre es una buena idea, y también confirmé que la mejor sanidad viene por confiar en Dios y no creerme sabia en mi propia opinión. Aprendí a aplicar la biblia de manera práctica.
Me voy con mucha esperanza, pero entendiendo que debo seguir trabajando en mi carácter, en mi corazón, en mi espiritualidad, en mi área física y relacional. La tarea no está completa y este fue el primer peldaño de muchos, me comprometo a seguir siendo intencional, me comprometo a no desvincularme de mi iglesia, ni del ministerio Libres en Cristo. También a tener la vulnerabilidad como principio de vida, y creo que lo más importante me comprometo a cuidar mi relación con Dios, que hasta hoy ha sido Ebenezer siempre me ha ayudado.


Mujer, Guatemala, 32 años
En Mentemorfosis aprendí a ser vulnerable, a pedir ayuda y a rendir cuentas, pero también aprendí a saber con quién serlo. Aprendí a saber como y porque poner límites. Aprendí que este proceso del corazón, es un proceso de vida, debo de ser constante e intencional en poner en práctica todo lo aprendido día tras día. No es carrera de velocidad, pero sí de resistencia, para poder alcanzar la meta.
¿Cómo me voy y que haré para sostener el cambio?
Me voy con una gran sonrisa, con un corazón agradecido, sano (en proceso de sanación) y feliz de haber podido repetir este curso, con una mejor autoestima, ahora sé hacía donde avanzar y mi equipaje se ha vuelto más ligero, es como que me he quitado un gran peso de encima, además me voy con muchas amistades lindas y lo más importante me voy sabiendo quién soy, sabiendo lo que quiero y sobre todo lo que merezco.
Para sostener mi cambio algo que quedo grabado en mi mente es ser intencional porque como dice la frase “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”, así que voy a poner en práctica lo aprendido, a conocer más al Padre que para mí en este momento es lo primordial y también tener el acompañamiento de una psicóloga es mi siguiente paso, para ir complementando mi proceso.
¡Gracias Mentemorfosis! ¡Gracias Pastor Ricky!
HOMBRE, GUATEMALA, 36 años
En Mentemorfosis aprendí que si no soy radical con cortar con el pecado y de no abordar los defectos de carácter puede abortar mi propósito. Aprendí que, si no aprendo a entregar a Dios mis áreas, incluyendo la sexual, desde mi soltería, la probabilidad de ser infiel en un futuro matrimonio es grande y es una gran responsabilidad que tiene un efecto en mis generaciones. Que, para ser libre de una adicción de cualquier índole, no solo se le deben de confesar a Dios, sino también a otra persona, un compañero de responsabilidad, a quien le pueda entregar cuentas constante y permanentemente. Aprendí a identificar, mis heridas y limitaciones, por consiguiente, estoy comprendiendo porque soy como soy. Aprendí que la mayoría de mis problemas relacionales eran resultado de heridas no sanadas y defectos de carácter no abordados. Aprendí que ir a terapia no me hace menos espiritual y no es sinónimo de falta fe y que es tan importante como ir al médico general o al dentista. Aprendí que un defecto de carácter no abordado maximiza la compulsión a una adicción y que una adicción tiene la capacidad de asesinar tu autoestima y tu autopercepción. Aprendí que la clave para establecer límites externos, está en aprender a desarrollar limites internos (es decir conmigo mismo), porque ellos me dan la autoridad, la autoestima, la valía, y la capacidad para establecer límites externos. Aprendí que no es responsabilidad de Dios el elegirme una pareja, pero que sí es mi responsabilidad el ser intencional en descubrir, identificar, reconocer y estar dispuesto a pagar el precio de sanar las heridas de mi infancia y de relaciones fallidas del pasado, porque un corazón sano, toma mejores decisiones. Aprendí que la base de todo cambio significativo, no se encuentra en mis buenas intenciones, ni en mis propias fuerzas, sino en mi intimidad con Dios en mi cuarto a solas, y en la lectura, estudio, reflexión y puesta en práctica de la palabra de Dios, así como, pertenecer a una comunidad de creyentes en donde adoren a Dios.


Mujer, ECUADOR, 35 años
A lo largo del curso fui descubriendo todas las mentiras que había creído y pude entender lo amada y aceptada que soy en Cristo, así que pude perdonarme y esa es una disciplina que practico diariamente. Tuve que soltar mi pasado confiando en que es Dios quien está orquestando todo para mi bien, hoy descanso en el amor del Padre, en el valor que tengo en él y eso hace que mi carga sea ligera.
En Mentemorfosis aprendí que mi pasado no me define, que todos estamos heridos de alguna u otra manera y que, si no buscamos sanar estaremos equivocándonos con la misma piedra muchas veces, que todo lo que soy lo proyecto en mis relaciones, por lo tanto, debo atender mis necesidades internas si quiero construir relaciones saludables.
Entendí cuán importante es pelear esta batalla en comunidad, pero sobre todo que en Cristo hay esperanza, aún para la experiencia más dolorosa de nuestra vida.
Dios afirmó en mi corazón la verdad sobre que mi dolor tiene propósito en sus manos, que debo ayudar a los demás que estén pasando situaciones similares a la mía
MUJER, COLOMBIA, 40 años
De este curso me llevo un sin número de aprendizajes, de los cuales puedo destacar los de mayor impacto para mí, como, por ejemplo: Tener identificado mis puntos a trabajar, lo que le he llamado un diagnóstico de los traumas por las situaciones vividas en mi niñez, el origen del estrés y algunas somatizaciones adquiridas en mi cuerpo tales como: tensión muscular y bruxismo. También aprendí a descubrir la respuesta que muchas veces le pregunté a Dios: ¿Señor tú quieres que yo me case? Me queda claro que no fui diseñada para quedarme soltera, anhelo y quiero casarme y es la voluntad de Dios porque él también me quiere casada en un matrimonio con propósito que glorifique el nombre del señor y sea de bendición para su reino en la tierra, por tanto, ya no le hago idolatría a la soltería y tampoco quiero quedarme en la zona de confort que brinda la soltería. En este curso también aprendí que las personas “raras” como solía llamarlas, realmente son introvertidas y nos son raras, son diferentes, esto me ha permitido entender más a las personas antes de señalarlas. Aprendí lo saludable que es establecer los límites y mantenerse en ellos. Igualmente aquí aprendí: que Nos enseñan tanto acerca de educarnos y formarnos para una profesión a la cual le dedicamos la mayor parte del tiempo, se nos ofrece una escalera de crecimiento hasta ser un doctor o experto en la materia (cosa que no está mal) pero lo que no nos enseñan es a formarnos y dedicarle tiempo e inversión a nuestro futuro relacional, a prepararnos para ser esposo(a), a invertir en sanar las heridas, traumas y vacíos que arrastramos a lo largo de nuestra vida, a capacitarnos y estudiar para mejorar la forma de relacionarnos con los demás. Y de las mejores lecciones que me deja este curso es saber que hay esperanza, que existen lugares, profesionales y ministerios encargados de capacitar, formar y entrenar para saber elegir pareja, llevar un noviazgo saludable con propósito, así como ser un esposa o esposo idóneo, ser padres formadores de hijos sanos para bendición. Me llevo la concientización que, así como es importante nuestro crecimiento profesional, también es necesario invertir nuestro tiempo y recursos a lo que es uno de los pilares principales de nuestra vida y que trasciende a nuestras generaciones: LA FAMILIA.


Mujer, GUATEMALA, 37 años
En Mentemorfosis aprendí a perdonarme y an o culparme por todo lo que pasa a mi alrededor, que hay cosas en las que no tenía el control por ser niña y a pesar de eso Dios tuvo misericordia de mi vida. Ahora soy más responsable de mis decisiones, me siento una persona más fuerte ya no la llorona que se sentía débil y que todo el mundo está en contra de mí. Estoy aprendiendo amarme tal y como soy. Que no es malo llorar, pero lo importante es que no me quede estancada en las cosas que no puedo controlar, que está bien llorar si lo necesito, frustrarme, equivocarme, pero cambiar para ser una mejor versión de mí.
Siento que me voy con un corazón que ya no sigue dañando sus heridas del pasado, ahora las veo como cicatrices que algunas no las elegí y otras si fueron malas decisiones, pero en mí está el realizar el cambio seguir construyendo mi relación con Dios, seguir con mi apoyo profesional con una psicóloga y realizar cambios no solo en lo emocional, sino que también en lo físico, pero por mí no por agradar o alguien. Seguir en mis procesos leyendo y buscando información para que pueda seguir trabajando en los diferentes procesos.
MUJER, GUATEMALA, 32 años
Lo que más aprendí en Mentemorfosis fue que no estoy sola, es muy probable que la mayoría de la gente de mente no haya pasado exactamente por lo que yo pase, pero todos luchamos con un pasado que en algún momento quisiéramos cambiar, todos tenemos sueños rotos que queremos reparar, todos estamos buscando a Dios y ser mejores personas. Aprendí la palabra “intencional”, no la conocía, pero fue muy repetitiva entonces aprendí a ser intencional en todo lo que hacía. Aprendí que sola no se sale de este proceso que es necesario contar con más gente, y eso me llevo a recordar una predica de Dante Gebel que hablaba de que los alcohólicos anónimos hablan tanto de su debilidad entre ellos y están conscientes que solo entre ellos se pueden entender y ayudar, algo así sentí que necesitaba, un grupo de gente que me pudiera ayudar a salir del fondo en el que estaba. Considero también, que uno de los temas que más me cuesta y con el que lucho muy constantemente es el perdón, el perdonar se me ha hecho muy difícil, leí el material, leí un libro y lo sigo practicando todos los días, cuando miro a las personas que me han dañado, hay días que le doy gracias a Dios porque ya perdone pero hay otros que parece que el diablo aparece y no he perdonado, y así voy recordando que el perdón es un regalo que yo recibí y que debo de dar y esa es una de las lecciones más duras que aprendí.
Termino el curso de mente este año sabiendo que estoy rota como dije al principio, pero siendo consciente de los cambios que debo seguir haciendo, y creo que hasta este punto entiendo el nombre del curso, de Mentemorfosis, porque termino con un cambio de mentalidad, en donde más que enfocarme en el problema me enfoco en la solución, en hacer cambios que sean útiles. Termino pensando que fue la mejor decisión que tome al ingresar. Considero que no estoy lista para seguir los cambios sola y que necesito todavía la guía, porque de verdad salir del fondo del fondo no se logra en unos meses, mi intención es volver a estar en mente seguir aprendiendo y conforme pasen nuevamente las semanas seguir buscando nuevas maneras de aprender, pero sobre todo de seguir buscando a Dios.


HOMBRE, GUATEMALA, 35 años
estaba sumido en el pecado de pornografía y masturbación y con muchas heridas emocionales, les comento nunca he tenido novia, pero yo buscaba saciar mi hambre de soledad y conexión a través de la pornografía, buscaba aprobación y sentirme hombre. Aclarando yo sabía que eso estaba mal, pero no había descubierto el poder de confesar el pecado, el 9 de diciembre de 2022 toqué fondo con ese pecado y le confesé a mi madre lo que estaba haciendo (aclarando yo vivo sólo, pero necesitaba confesar), yo sabía lo que le pasó al Rey David por no confesar y porque Dios ha sido misericordioso el pecado no salió a luz las consecuencias, sin embargo, ese fue el camino de preparación para llegar con un corazón más vulnerable a Mentemorfossis.
Durante el proceso tomé la decisión de rendición de cuentas junto con el grupo de jóvenes que asisto los sábados y es colocar la aplicación de Convent Eyes y tendré esa aplicación hasta que Cristo venga por mi o yo sea llamado a su Presencia.
En el curso aprendí a ser vulnerable y confesar pecado (siempre a un líder o una persona responsable que tenga fruto y me de vergüenza confesar) y es un espacio seguro.
Ahora continuaré en Celebremos la Vida que es en iglesia Vida Real, buscaré terapia y seguiré haciendo ejercicio, ya llevo alrededor de 8 meses haciendo ejercicio, pero algo importante es estar delante de Dios, ya que sí descuidó a Dios: todo se viene abajo.

Durante el curso de Mentemorfosis experimenté circunstancias de dolor que me permitieron tomar decisiones que antes no me hubiera atrevido. No significa que actualmente todo esté resuelto o que no existan situaciones de incertidumbre, pero puedo recordar cómo Dios ha estado en el asunto y puedo agradecer y caminar dependiendo de Él. Tengo en mi mente ahora nuevos pensamientos como recordatorio de cómo actuar y no dejarme dominar por el enojo o tomar decisiones apresuradas y equivocadas; todo esto como un proceso al retomar la lectura bíblica, sentirme parte de una comunidad de fe con quienes hemos compartido la mesa en este curso y descubrir verdades bíblicas tanto a través de este curso como con otros recursos que intencionalmente he buscado. Hay temas que aún debo resolver, pero confío en que Dios irá preparando el camino y enseñándome cómo actuar para encontrar las palabras correctas y el momento oportuno para hacerlo ahora no desde el dolor sino desde la gracia de Dios.

Mentemorfosis me ayudó a mirar hacia dentro y ver cosas de mí que no había identificado. Me ayudó a sanar heridas que pensaba que ya había sanado pero que seguían ahí. Me enseñó la importancia de la constancia, la vulnerabilidad y el estar dispuesto a trabajar conmigo misma. Agradezco lo que he logrado y siento que este taller aporta de una forma complementaria a terapias psicológicas y trabaja puntos clave que muchas veces en terapia no se logra trabajar. Fue una oración contestada en un tiempo de transición importante en mi vida. ¡Gracias a todos! Bendiciones.

Definitivamente Dios me colocó en el lugar correcto… entre a Mentemorfosis, y lo que el año pasado era derrota, hoy es victoria. Así como Dios me ayudó, sé que Dios puede ayudar a muchos a través de mí y de lo que me pasó. He orado para que Dios abra mis ojos y el Señor me ha puesto amigas en el trabajo que son dependientes emocionales. Dios me está guiando a compartir mi testimonio y ser de bendición a muchos.

Me di cuenta de lo mucho que he logrado avanzar (aún me falta bastante) pero creo que me sirvió bastante darme cuenta de donde me encuentro del día de hoy, hasta donde me ha traído Dios, convirtiendo lo malo de mis decisiones, en bendición para mi vida; fui consciente que literalmente necesité colapsar emocionalmente y físicamente (por medio del estrés) para escucharme, aceptarme y trabajar en mí. ¡Honestamente nunca pensé que este curso me llevaría hasta donde estoy, nunca dimensioné la bendición que sería para mi vida! ¡MUCHAS GRACIAS!

Soy de Ecuador, este 2023 en mentemorfosis ha sido una experiencia transcendental en mi vida la cual me ha llevado a aprender a perdonar mi pasado para trabajar en el presente con acciones intencionales las cuales sean constantes de manera de llevar mi proceso de mejora allá donde hay un propósito, ha sido la mejor inversión que he realizado en mi misma y se que es el inicio de muchas cosas buenas que Vendrán. Gracias a Dios que ha llamado al Dr Ricky a compartir cada una de sus enseñanzas junto a sus facilitadores.

Mentemorfosis me ayudó a darme cuenta de una verdad fundamental: Dios nos proporciona el don de la elección, el poder de decidir el tipo de vida que queremos vivir. Gracias a lo que aprendí en el curso, no sólo estoy consciente de este poder, sino que verdaderamente me he hecho responsable de mi vida. Me siento bendecido y agradecido por haber descubierto Mentemorfosis, y lo recomiendo ampliamente a todos aquellos que buscan mejorar sus vidas.

Mentemorfosis fue como un faro en mis días más oscuros, guiándome hacia una mejor relación no sólo con los demás, sino también conmigo mismo. Cada sesión ha sido una revelación, ayudándome a descubrir una nueva capa de entendimiento sobre por qué soy cómo soy, por qué hago lo que hago. Me ha dado la confianza para enfrentar mis miedos, aprender de mis errores pasados y abrazar el hecho de que tengo la capacidad de decidir lo que quiero para mi futuro.

Con Mentemorfosis entendí que Dios me dio el poder de decidir. He aprendido que cada decisión que tomo puede dibujar un nuevo camino hacia el tipo de vida que deseo llevar. Ha sido una experiencia liberadora el saber que puede elegir conscientemente el camino que quiero seguir. Sin lugar a dudas Mentemorfosis ha sido una inversión valiosa en mi evolución espiritual, personal y emocional. Estoy agradecida por este viaje que inició y lo que está por venir.

Mentemorfosis me proporcionó las herramientas y la perspectiva que necesitaba para aprender de mi pasado. Fue como si se me diera una lente para ver de manera más clara, e identificar los errores y decisiones del pasado y lo más importante, hacerme responsable y tomar decisiones cruciales para mi futuro. Esto me ha dado un sentido de poder sobre mi vida que antes creía que no tenía, es decir, vivía solo esperando “a ver que pasa”, pero ahora son intencional en tomar las decisiones adecuadas para que pase lo que yo estoy buscando para mi futuro.

Mentemorfosis me ayudó a entender que Dios no está en alguna parte lejana e inalcanzable, sino que está aquí conmigo, en cada decisión que tomo. Me ha enseñado a que no solo debe leer y estudiar su Palabra, sino que debo ponerla en práctica, no como un conjunto de reglas que no comprendo, sino bajo el entendimiento y convicción que su Palabra es una guía amorosa para mi vida. Me siento continuamente fortalecida, sabiendo que no estoy sola en mis esfuerzos por cambiar, ya que Dios está conmigo, así como las facilitadoras que han sido de gran bendición, apoyándome en cada momento. ¡Gracias, Mentemorfosis, por todo la ayuda!

Desde que descubrí Mentemorfosis, mi vida ha dado un giro de 180 grados. Durante el curso pude verme reflejada como en un espejo y reconocer mis errores, fue un desafío y llore muchas veces porque me dolía mucho, pero fue la decisión que debía tomar para cambiar mi vida. Antes me sentía perdida, sin brújula, pero ahora, gracias a Mentemorfosis estoy segura que he tomado el camino correcto y estoy siendo guiada por Dios.

En Mentemorfosis aprendí que debo poner en práctica lo que Dios ha dejado en su palabra; aprendí que necesito a Dios en mi vida y que solo Él puede ayudarme a realizar los cambios que necesito. Este viaje ha sido revelador y transformador y estoy muy agradecida por haber encontrado este programa.

En Mentemorfosis no sólo me enfrenté y reconocí mis errores, sino que también tuve una visión clara sobre las decisiones que necesitaba tomar para cambiar mi vida. Entendí que la palabra de Dios es la que me guía hacia un camino de mejora y crecimiento espiritual.

Ante todo, quiero dar gracias a Dios, porque sé que fue Él el que me dirigió a este programa. Ha sido Él quien me ha provisto e incluso movió y uso a otros hijos suyos para cubrirme la mitad del monto del pago del programa, ya que le había manifestado mi situación financiera solo a Él, sin pedírselo a ninguna persona en específico. Dios sabía mi necesidad y suplió todo hasta hoy. Toda Gloria y honra sea para Él. Mentemorfosis es un programa excelente. El Dr. y pastor Ricky Marroquín, transmite esa pasión y deseo por ayudar a mujeres y hombres soltero(as) y/o divorciada(os) que pasa por tantas situaciones a lo largo de sus vidas. Me ayudó a identificar y reconocer mis malos hábitos, mis heridas, mis complejos y mis traumas. Aprendí a través de sus enseñanzas, que pasé por un trauma crónico de abuso sexual por varios parientes, en mi infancia, entre otras situaciones.